¿Sabías que el 85% de los casos de deficiencia intelectual son leves y podrían mejorar con una detección temprana y el apoyo adecuado?
Así es. La gran mayoría de los niños con deficiencia intelectual pueden aprender, comunicarse y desarrollar muchas habilidades si reciben ayuda a tiempo. Lo que marca la diferencia no es solo la condición en sí, sino el entorno que los rodea: el amor, la paciencia, la inclusión y el acceso a terapias o educación especial.
Este dato nos recuerda que la intervención temprana puede cambiar vidas y que todos tenemos un papel importante en crear oportunidades para que ningún niño se quede atrás.
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